Al parecer, en los últimos años, la cifra de madres adolescentes de entre 12 y 17 años ha aumentado considerablemente. Algo está fallando. Tenemos que hacer algo. Hay que replantear la educación en los jóvenes y de igual forma, sus padres deben estar avispados y advertir a sus hijos de no cometer ninguna locura de la que puedan arrepentirse.
Y es que engendrar un hijo no es ninguna tontería, es algo que requiere de una maduración psicológica que la mayoría de los adolescentes no tienen. Esta maduración psicológica es necesaria tanto para ser capaces de aceptar el embarazo, así como, para tener el valor, la valentía y el coraje de afrontar el parto y la posterior crianza de esa criatura que vendrá al mundo. Quedarse embarazada es algo que rompe totalmente con la biografía de una niña-mujer, perdiendo así, esta, la etapa más bonita de su vida, su adolescencia.
Además, en la mayoría de los casos, los hijos que nacen son criados por sus abuelas y no por su madre, viéndolo ésta como un hermano en lugar de un hijo. En otros muchos casos, las adolescentes optan por abortar, viendo ésta como la única salida a su problema, normalmente aconsejadas por sus familiares, aunque durante toda su vida, les acompañarán el remordimiento por haber acabado con la vida del hijo que llevaban en su vientre.
Un dato que me resultó escalofriante es que, según una encuesta, los chicos ven a las chicas como simples objetos sexuales por las cuales no tienen que esforzarse en conquistar, enamorar, cortejar o comprometerse y lo peor es que ellas están dispuestas a mantener relaciones con ellos sin importarles sus sentimientos y sin ningún tipo de precaución. Claro que esto no siempre es así, pues hay jóvenes, aunque sean una gran minoría, quienes luchan por el amor de otra persona: conquistándolo, enamorándolo, cortejándolo y comprometiéndose con esta. Pero lo que es cierto, es que con amor o sin amor, cada vez las adolescentes quedan embarazadas a más temprana edad, y esto es por la sociedad en la que viven, en la que se mueven, donde
mantener relaciones sexuales es visto como algo muy normal, tachando de estrechos y raros a aquellos que no las mantengan. Ahora bien, completamente estoy yo en contra de esto. No creo que sea prudente mantener relaciones con alguien por quien no sientas nada y de las que luego puedas arrepentirte. Soy de las que piensan que ese momento debe ser algo íntimo y darse con sentimientos de por medio, o al menos, con madurez, pues si no, después vendrán los embarazados no deseados, los abortos,...
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