Tal parece que los políticos han encontrado un nuevo hobbie, ahora a parte de engañar con falsas promesas y embustes, han dado con otro pasatiempo más divertido, la "andaluzfobia".
Y es que, por lo visto, aquí en Andalucía "no hablamos castellano", "nuestro acento parece un chiste", "somos prácticamente analfabetos" y según Durán I Lleida "los jornaleros andaluces reciben el PER por beber cerveza en el bar del pueblo".
Algo que no entiendo pues todos sabemos que los expertos en contar los mejores chistes son ellos: "Votadme y os sacaré de la crisis" o "conmigo habrá empleo". Mentira. Ellos son los únicos que cobran y mucho por no hacer nada a costa del trabajo de los españoles (andaluces incluidos porque aunque ellos se nieguen a creerlo, sí que trabajamos y duro, no como ellos). Y eso sí, ellos son muy cultos, prueba de ello es que el Presidente del Gobierno no sepa inglés.
Ay... si es que "quien al cielo escupe, en la cara le cae"...Señores vosotros tan cultos y sin saber esto... Tremendo.
Lo mejor es que después de soltar por la boca todo esto se justifican diciendo que no habían utilizado la palabra "analfabeto" con menosprecio, sino para describir que "en Andalucía se registra el nivel educativo más bajo de España"(según Ana Mato) o que son "afirmaciones desenfadadas, sin ánimo de ofender a nadie" (Artur Mas)...
Menos mal que los andaluces sabemos lo que valemos y, como lució el Sevilla F.C. el pasado domingo en el Camp Nou (ellos sí que no saben hablar castellano), nosotros sí que estamos:
ORGULLOSOS DE ANDALUCÍA
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